martes, 24 de noviembre de 2009
El Secreto
Sólo por eso decidí consultar con una bruja (blanca por supuesto). Me llevó una amiguita, de esas que siempre saben. La mujer tenía su consultorio en un cuarto piso, de un enorme edificio de departamentos, pero siempre se podía llegar por el olor a palo santo que se sentía desde lejos. Allí, entre velas y estampitas, me leyó las cartas. "Te tiene buena voluntad pero hay otra mujer" me dijo, mientras extendía unas cards con figuras escalofriantes, llamadas "tarot". Su respuesta no se la creí, porque el chico -me consta- se calentaba un montón a mi lado. Así que pregunté y volví a preguntar. Entonces ella me dijo: "si quieres le hacemos un amarre, ¡nunca se va a alejar de ti!" Me pidió que le lleve sus colillas de cigarros, un mechón de su cabello, hilachas de camisa, entre otras locuras. Ya iba a aceptar pero me dió algo, no sé, pena o vergüenza. ¿Cómo iba a hacerle eso? ¿Amarrarlo? Cuando salimos, le dije a mi amiga: ni hablar. Si se queda conmigo será porque quiere. "Ah, me hubieras dicho antes" me dijo la amiga, que me hizo recordar que ella venía de las profundidades de la amazonía donde creció hasta los 18 años. Y ahí me soltó El Secreto. ¡Qué Puzanga, ni qué nada, eso es para viejas! Lo único que tienes que hacer es darle Chamico. No, brebajes no, le dije. Qué brebajes ni qué nada, Chamico es tu juguito pues, mujer.
Así fue como me enteré cuál es El Secreto del imán que tienen algunas mujeres de la selva, la razón por la cual enloquecen de amor a los hombres que se les acercan. Y comparto El Secreto contigo, amiga que lees mis experiencias. Chamico, entre mujeres, no es esa plantita que causa mareos, noooo. Eso dicen los hombres para justificarse. Chamico es el juguito que te baja cuando te toca tu Luna y si el hombre te prueba en esos días ya no te va a querer soltar. Punto, así de sencillo.
¿Quieres conocer los resultados? Pues, sssí, funciona. El chico probó, enloqueció, ya no me quiso dejar nunca. Ahora estoy buscando quien me lo quite de encima, ¡me tiene harta!
sábado, 21 de noviembre de 2009
El silencio
25 de Noviembre, día de la no-violencia contra la mujer. Circulan volantes que invitan a un plantón en la puerta del Congreso. Hay una invitación a entrar al Congreso y escuchar los discursos de las parlamentarias. Día de bulla, palabras en voz alta, ¿palabras?
Cada día ingreso a este blog con la pregunta: ¿Alguien habrá dejado un comentario? ¿alguien escribió algo? Dialogar, recibir en letras la respiración de nuestros semejantes, ¡ah, qué placer! Miro los indicadores y me avisan que hubo visita, pero también hubo silencio. ¿Silencio?
En "El Silencio de los Inocentes", ese extraño thriller donde el héroe es un psiquiatra antropófago, el Doctor Lecter le dice a la investigadora que en el dolor de su pasado encontrará las respuestas para su presente. ¿Y qué hay en el pasado? Un niña huérfana en casa ajena escucha en medio de la noche el grito de los corderos que son conducidos al matadero. Un grito que sólo ella escucha. Todos duermen, todos callan.
Y Clarice, la joven investigadora, esa mujer que simboliza la conciencia inocente de todos nosotros, sólo encontrará alivio cuando pueda rescatar a otra mujer -Catherine- de la trampa de aquel loco que quiere arrancarle la piel para vestirse con ella.
Muchas mujeres dedican su vida laboral a auxiliar a otras mujeres, como Clarice, la de la película. Pero ellas - abogadas, policías, protectoras, sanadoras- suelen sentirse desorientadas y frustradas porque muchas víctimas no denuncian, rechazan la ayuda que se les ofrece y regresan presurosas a la primera llamada de su ofensor ¿Qué sucede en el alma de esas inocentes y su silencio irredento?
¿Qué sucede con millones de víctimas de toda condición -mujeres, hombres, niños, jóvenes, ancianos, asiáticos, europeos, americanos, africanos- que callan en todos los idiomas, que nunca señalan con el dedo a su maltratador?
¿Qué sucede con nuestro silencio asustado, con nuestro nudo en la garganta, con nuestra tendencia a deslizarnos hacia asuntos menos estridentes, con nuestro deseo de pasar la página de una buena vez? Todos tenemos una buena razón.
Por ahora soy toda oreja
viernes, 13 de noviembre de 2009
Muñeca Rota
es posible que aún esté ahí
sola, en el escenario de sangre
(un violador nunca se quedaría a su lado)
Ella ahora es chiquita
muy chiquita
más chiquita aún,
desnuda aunque lleve ropas
desnuda, por decir despojada
de confianza, de creencias
peor aún, de palabras.
No habla, no dice
porque las palabras son conceptos
señalan objetos, ideas
sobre cosas que se conocen
Tu niña no sabe aún
de qué se trata esta dimensión abierta
ese dolor que roza el placer
ese placer bañado de maldad
No imagina, pero presiente
que el jardín de niños
se le escapó para siempre,
que ya se instaló el secreto culpable
en torno a sus piernas y su vagina,
que le mirarán con sospecha
porque siendo tan niña
ya ha probado
lo que enloquece a las madres
la sustancia agriculce en el recuerdo de las viejas
Sólo llora, llanto de entraña,
puedes ver su corazón
expulsado a trozos en su vómito.
De ahora en adelante
tendrá náuseas, vómito, diarrea,
siempre estará expulsando
aquel contacto que no buscó
y tú tendrás que saber
que aquella masa indigesta
es su corazón ingenuo
expulsado a pedacitos.
Si tu niña fue violada
no le entregues muñecas sin vagina
aquello sólo es burla, no le cuentes historias
de príncipes y ranas encantadas.
Un camino extraño
olvidado a golpes
por quienes antes lo transitaran,
espera a la niña
que fue violada,
un mundo de culpa la aguarda
que condena el cuerpo alegre,
la gracia sin disimulo
el sexo sin compromiso
el aborto, la píldora del dia siguiente.
un mundo que volverá los ojos a otro lado
qué desagradables son las historias
de niñas violadas.
Aprovecha ahora
que está llorando
aún salen a respirar aires
la secuela del dolor y el desencanto,
abrázala ahora, quizá todavía te lo permita.
Recuérdale a esa cuerpo asaltado
que la caricia gratuita también es posible
que el amor no siempre viene con abuso
que el mundo aún existe
para su gozo y su sonrisa
Y si tienes ganas de llorar
llora con ella, abrázala, llora.
Tú que eres grande
ya conociste las leyes del desencanto
has sobrevivido - ella tiene que saberlo-
Si tu niña fue violada
aún está muy pequeña
al fondo de la memoria
está llorando chiquito
con dolor, con espasmo,
en el cruce de un camino sin regreso
ella ya sabe
las muñecas son de plástico, hay una clase de amor que duele
y tal vez
tal vez
tal vez
ese cuerpo madurado a la fuerza
aún pueda aceptar un abrazo
simple, sencillo, sin más deseo
que un abrazo santo
miércoles, 11 de noviembre de 2009
“Menos tu vientre todo es confuso” dice un verso de Miguel Hernández
Pero ese no fue mi primer embarazo. Aquella vez rogaba que no fuera verdad lo que me temía. La enfermera del laboratorio, compasivamente se ahorró las felicitaciones y en silencio me entregó el resultado. Ningún pensamiento o sentimiento materno me sobrevino con la revelación. Estaba embarazada y aterrada, la tierra se me abría a mis pies. Lo único que quería era que todo volviera a la “normalidad” y haría cualquier cosa para lograrlo. En ningún momento dudé y nunca me he arrepentido de esa decisión.
Recuerdo que unos años antes, había llorado mucho al enterarme que mi madre había terminado con un embarazo forzado por mi padre durante su proceso de separación. Pese a ser muy cercana a ella, le tuve mucha cólera. Yo era una chiquilla que hacía poco le insistía para que me cosiera un vestido tipo maternidad, pues fantaseaba una y otra vez con la idea de verme embarazada, ella no me decía nada, sólo me sonreía y contemplaba con una extraña mirada.
lunes, 9 de noviembre de 2009
(Auto) Femicidio
Dulce María Paredes Sanchez llegó a la fiesta del brazo de mi hermano, Médico Cirujano devenido en Estético gracias al boom y los ingentes dineros que le pagan (algo que ninguna otra especialidad médica le va a dar). Mi hermano es casado, aparte de una relación extra con una doctora de su Clínica, pero esta era una tercera que no le habíamos visto antes. Él sabía lo que hacía. Los hombres de mi fiesta pegaron, sin disimulo, sus ojos en las recién estrenadas tetas de su pareja. Yo la odié en el instante. Tuve que comerme mis envidias porque Dulce María era realmente dulce. Mi hijita la adoró muy pronto y a mí me conquistó su sencillez. Sabía todo acerca de maquillajes, de recursos de belleza en general, pero además fue generosa al enseñarme cómo debía depilarme las cejas y luego pintarlas en la linea que más le conviene al óvalo de mi rostro. En días posteriores, los hombres daban vueltas como moscas, alrededor de su curvilíneo metro ochenta, pero ella sólo quiso que mi hermano médico la paseara por el país. Amadrinó la confirmación de mi niña, le hizo un regalo regio y luego se regresó a su México natal. Dejó de escribirnos y no respondió mensajes a pesar que insistimos. No supe más de ella hasta hoy, que me llamaron de Jalisco, donde vive. Dijeron que Dulce María falleció anteayer por complicaciones de la última cirugía, que se hizo para levantar unos glúteos que le colocó mi hermano acá en Lima. Hay chicas que mueren porque les da un cáncer, otras porque las mata el maltrato o el abandono, ésta en cambio, es una Mártir de las Mujeres, muerta casi por mano propia, en honor y gloria de los cuerpazos competentes que los vuelven locos a Ellos.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Gracias Sr.Presidente
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Bisturi o no bisturi
Ya probe con las cremitas y los masajes,mmmno. No veo el cambio radical que una zorra normal puede esperar, asi que... ¡Ya! Ha llegado el temido momento en que la decision se impone. Por favor, ¡auxilio!
¡¡¡¡¡¿Tengo que aumentarme las tetas?!!!!!
De nada me va a servir que me des consejos de madre. Primero toma en cuenta mis argtumentos: Cierto, lo reconozco, mis pechereques son chiquitos (glup) Esperé que crecieran por lo menos al tamaño de los de mi mami, pero nunca sucedió. Se quedaron en el camino. Y luego la lactancia solo me dió la ilusión de un aumento para luego reducirlos aun más. Fue terrible, solo otra mujer como yo puede entenderme (una nadadora, glup) Probe con el push up y con los cursos de autoestima, presté atencion al gesto de satisfaccion que le prodigaban mis amantes, intenté hablarles mediante el espejo para decirles que aunque no fueran grandes, eran eficientes y tiernos como palomitas... ¡hasta acepté que mi marido les pusiera nombre! Pero no, nunca están ellas, las tetasas, para marcar las distancias con el mundo que se me pone delante, nunca están para llenar de orgullo mis vestidos, nunca para que yo disfrute de sus volúmenes llevándolas para allá y para acá.
Cualquiera diría que el asunto está resuelto y que las siliconas son un hecho. Mmmmm, no tan rápido. No me detiene el precio -cada diá más rebajado- ni algun posible accidente, una caída con golpe, que podría desparramar líquidos infectos por todo mi cuerpo (misma Alejandra Guzmán, qué mejor compañía). Son gajes del duro oficio de ser (ejem) MUJERRRRR. Tampoco me quita decisión la idea de tener que cambiarme el implante cada cierto tiempo para evitar el inevitable rechazo inmunológico. Nada de eso me detiene porque la gloria de tener unos pechazos turgentes que "ellos" quieren mirar y no pueden, vale por todas las incomodidades
Lo que me detiene es la lista de siguientes cirugías que, o-bli-ga-da, tendría que hacerme después: hilos rusos para el óvalo facial y los pómulos altos, levantamiento del rabillo del ojo para la mirada felina, inflado de labios para el gesto sensual, lipo para reducir la cintura unos seis centimetros, inflado del dérriere que según exige el buen ver tendría que ser bien grande y altote, rellenado de pantorrillas, corrección de eventuales (espantosas) estrías... ¿Si soy modelo? No hija ¿Quiero seducir a algún hombre? ¡Menos! Es que tengo una reunión con mis primas a fin de mes y quiero estar regia. Tú me entiendes ¿no?