Si tu niña fue violada
es posible que aún esté ahí
sola, en el escenario de sangre
(un violador nunca se quedaría a su lado)
Ella ahora es chiquita
muy chiquita
más chiquita aún,
desnuda aunque lleve ropas
desnuda, por decir despojada
de confianza, de creencias
peor aún, de palabras.
No habla, no dice
porque las palabras son conceptos
señalan objetos, ideas
sobre cosas que se conocen
Tu niña no sabe aún
de qué se trata esta dimensión abierta
ese dolor que roza el placer
ese placer bañado de maldad
No imagina, pero presiente
que el jardín de niños
se le escapó para siempre,
que ya se instaló el secreto culpable
en torno a sus piernas y su vagina,
que le mirarán con sospecha
porque siendo tan niña
ya ha probado
lo que enloquece a las madres
la sustancia agriculce en el recuerdo de las viejas
Sólo llora, llanto de entraña,
puedes ver su corazón
expulsado a trozos en su vómito.
De ahora en adelante
tendrá náuseas, vómito, diarrea,
siempre estará expulsando
aquel contacto que no buscó
y tú tendrás que saber
que aquella masa indigesta
es su corazón ingenuo
expulsado a pedacitos.
Si tu niña fue violada
no le entregues muñecas sin vagina
aquello sólo es burla, no le cuentes historias
de príncipes y ranas encantadas.
Un camino extraño
olvidado a golpes
por quienes antes lo transitaran,
espera a la niña
que fue violada,
un mundo de culpa la aguarda
que condena el cuerpo alegre,
la gracia sin disimulo
el sexo sin compromiso
el aborto, la píldora del dia siguiente.
un mundo que volverá los ojos a otro lado
qué desagradables son las historias
de niñas violadas.
Aprovecha ahora
que está llorando
aún salen a respirar aires
la secuela del dolor y el desencanto,
abrázala ahora, quizá todavía te lo permita.
Recuérdale a esa cuerpo asaltado
que la caricia gratuita también es posible
que el amor no siempre viene con abuso
que el mundo aún existe
para su gozo y su sonrisa
Y si tienes ganas de llorar
llora con ella, abrázala, llora.
Tú que eres grande
ya conociste las leyes del desencanto
has sobrevivido - ella tiene que saberlo-
Si tu niña fue violada
aún está muy pequeña
al fondo de la memoria
está llorando chiquito
con dolor, con espasmo,
en el cruce de un camino sin regreso
ella ya sabe
las muñecas son de plástico, hay una clase de amor que duele
y tal vez
tal vez
tal vez
ese cuerpo madurado a la fuerza
aún pueda aceptar un abrazo
simple, sencillo, sin más deseo
que un abrazo santo
viernes, 13 de noviembre de 2009
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El abrazo sanador de una madre reconforta, pero sabemos no es suficiente. ¿Qué podemos hacer las mujeres para evitar estos crímenes a nuestras niñas? ¿Qué hacemos, mujeres, cuando los gobernantes quieren violar nuestros derechos...empezando por la píldora del día siguiente? Dejemos de susurrar y hablemos!!!
ResponderEliminarLos nuevos tiempos abren secretos guardados bajo tierra. Un ejemplo: la Iglesia Catolica de Boston se ha declarado en quiebra para no tener que pagar los abusos de sus sacerdotes pederastas contra pequeños monaguillos (recomiendo leer la columna de Pedro Salinas en Peru 21, 15/11/09). Demasiada gente que circula hoy con el silencio a cuestas, fueron niñas y niños abusados por adultos de su entorno, aquellos en quien confiaban. Lo peor no es que eso suceda: lo peor es el silencio cómplice de quien podria haber dado aquel abrazo reconfortante: la madre. Un niño(a) violado(a) es muy obvio, sus heridas físicas y emocionales sangran. ¿Cómo es que los padres no se dieron cuenta? ¡Misterio!
ResponderEliminarEl silencio siempre será silencio venga de quien venga. Sin embargo hay algo que siempre me preocupa en nuestras reacciones de condena, es darle a la sexualidad un valor supremo -no se si es la palabra- a partir del cual se define la vida de una persona y que lo victimiza por siempre.
ResponderEliminarLa sexualidad es solo un aspecto de la vida para quien puede vivirla con gozo y placer. No es el caso de nuestra sociedad, tan victoriana aún. Esta zorra está muy deseosa de conocer el punto de vista de, por ejemplo, los pedófilos. Si miramos bien, ellos también son silenciosos
ResponderEliminarEs cierto lo que dice anónimo, la sexualidad no puede ser el valor supremo que rija nuestras vidas. A partir de esta reflexión hago la pregunta: ¿una niña o niño abusada(o) por un ser cercano vive ese hecho como una experiencia sexual, que sólo afectará su futuro desempeño sexual?.
ResponderEliminarUn niño es un ser cuyo único recursos de vida es el afecto y la confianza. Un niño sin afecto muere, el afecto de los seres cercanos genera lazos de confianza que le permiten al niño afrontar la vida. Cuando un ser cercano golpea a un niño, éste puede defenderse incorporando en su sentimiento que el cariño va con golpe. Pero cuando un ser cercano violenta sexualmente a un niño, se rompe el sentimiento de confianza, no solo con el agresor, sino con todos los seres cercanos que no lo protegieron.
Pienso que la victimización es una respuesta que reproduce y perpetúa el daño sufrido. Es una respuesta defensiva que sólo denuncia el daño identificando responsables externos, que conecta con la rabia, la cólera por el daño sufrido; pero que no permite indagar sobre los propios sentimientos que llevaron al niño a optar por el silencio.
Por supuesto que hay que condenar al agresor, pero hay que librarse de él, y la victimización lo único que hace es perpetuar al agresor.
Leo este post y me queda un sabor a trauma irreparable. Habiendo experimentado este tipo de abuso, me rehuso a verlo así, pese a todo. El discurso, el tono y la posición que tengamos ante hechos así, puede ser y es crucial, puede darnos una mano o ponernos encima la condena de lo irremediable. Hay un documental sobre los planteamientos de Boris Cyrulnik es un médico psiquiatra, que ha desarrollado ampliamente el tema de la resiliencia, el nombre de ese documental me encanta, se llama "Ataque a la desgracia", sobre el tema Moisés Lemlij señaló la importancia de "odiar en una medida entendible" para que identificada la naturaleza y los culpables del dolor, "negociar" la reparación necesaria. No es un camino fácil, todo es finalmente una elaboración como la vida misma, y siempre necesitaremos recomponer esa esperanza, ese sentido de seguridad, que es lo que más valioso que se daña, se los aseguro.
ResponderEliminarEl niño o la niña del alma, tal vez, sólo necesitan un abrazo
ResponderEliminarSí tienes razón, un(a) niño(a) abusado(a) necesita un abrazo protector, reparador, pero cuando deja de ser niño(a) y el largo silencio hace callos en su alma, ese abrazo reparador sólo se lo puede prodigar él o ella mismo(a).
ResponderEliminarEl sentimiento relatado en el post es el de una niña devastada que reclama el abrazo de su madre, la niña abusada tiene derecho a reclamar ese abrazo; la adulta que evoca a la niña abusada tiene la obligación de proteger a esa niña, de abrazarla y reparar el daño.