viernes, 26 de junio de 2009

Al fin de la batalla





Levantarse antes que todos, preparar el desayuno general, salir corriendo a trabajar, luchar a brazo partido como (con) todo el mundo, esquivando el trafico correr a casa para preparar algo y comer rapidito, atender a la familia, empacharse de tele hasta dormir y mañana lo mismo. ¿Quién dijo que el ingreso de las mujeres a la vida laboral nos haría más felices? ¿y que crecer hasta ser adultas es lo mejor que nos podía psuceder? ¿quién me contó el cuento del matrimonio, los hijitos y el hogar-dulce-hogar? ¿Tú, mujer-felizmente-casada-con-hijitos, eres más feliz? Yo no entiendo por qué nos encantamos tanto cuando una de las nuestras nos muestra el anillito de compromiso, ¿por qué hacemos alharaca con el vestidito blanco y la entradita a la iglesia?. ¿Será verdad que somos tontinas? Mmmm

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