miércoles, 2 de septiembre de 2009

"Externalidad"

Como todas las noches, desde hace 5 años, aquel viernes preparé mi alma para estar con Kiko en nuestro cálido departamento. Una de las cosas que yo adoraba en él, precisamente era ese confort, la serenidad de nuestra vida en común. Cierto que él anduvo trabajando mucho, más interesado en la pantallita de la compu que en mis piernas, pero en fin, ¿no dicen que la pasión sólo dura 4 años, porque no hay cuerpo que resista tanta dopamina(la hormona de la excitación)?
En fin, aquel memorable viernes Kiko abandonó la pantalla, me miró con ojos opacos y me dijo "tengo que hablar contigo". No te la hago larga, simplemente me avisó que su relación conmigo estaba pasando por una crisis y que teníamos que separarnos. Por supuesto que no me tragué esa espina. Al día siguiente, mientras compraba el pan, revisé su celu y encontré las pruebas. Más tarde ingresé a su laptop y encontré las fotos de "ella" en todas las poses.
Pero no es eso lo que quiero contarte. Sucede que Kiko me dijo el domingo que pusiera una fecha para llevarme mis cosas del departamento. ¿Qué? Si. Lo leiste bien: yo tenía que irme, supuestamente a casa de mis padres. Y lo repitió: "ya no te amo, esto no da para más, estoy sufriendo mucho".
El lunes fui al abogado. Llevé todos los papeles que encontré, incluidas las cuotas de hipoteca del depa, que ambos pagábamos de manera solidaria. Llevaba cierto miedo junto a toda mi pena: ¡nunca nos habíamos casado! ¿Tendría derecho a algo? "Nuestro" abogado, que ahora era solo mío por puesta de mano, me aclaró mis derechos, entre ellos este: el que abandona el vínculo -aunque sea de convivencia- pierde. Prácticamente me dijo que yo podía desplumarlo si quería.
El lunes por la noche sólo tuve que contarle a Kiko lo que las leyes decían. Se quedó frío. Aproveché el instante para empezar a sacar sus cosas de nuestro dormitorio. Él me dijo, casi llorando, que no tenía a dónde ir. Acepté que durmiera en la cocina (nuestra salita no tiene mueble largo) y me cerré en mi cuarto para llorar, casi no me había dado un momento para hacerlo. No volví a mover el tema. Kiko durmió en la cocina durante 15 días y yo preparé el desayuno para ambos, como siempre, acepté que hiciéramos juntos el mercado, como siempre y etc. Un día domingo, 3 semanas más tarde, Kiko me acarició el cabello y ese gesto fue el principio de nuestra nueva relación de pareja. Las deliciosas mañanas de alegría, las salidas juntos, los encuentros en la cama, todo regresó. No tan fácil, pero regresó. Cada paso le costó varios intentos, pero dejé que me gane de nuevo.
¿Qué luz me alumbró mientras discurría la tragedia de la separación? Pues, en aquellos días yo leía un libro de economía que explicaba el concepto de "Externalidad" utilizado por las Corporaciones para mencionar los daños que pueden dejar sus operaciones en el medio ambiente, en las personas y en todo lo que no incluye sus ganancias monetarias siempre incrementadas. "Externalidad", así se refieren a las consecuencias de lo que ellos hacen. Por supuesto, el daño colateral tiene un costo, que las empresas cuantifican (porque no entienden otro lenguaje) Por ejemplo: 5 pueblos, una etnia y toda la agricultura de la zona de Pakitzapango, Ucayali, para construir la Hidroeléctrica que venderá energía a Brasil, ¿cuánto cuesta? Ah, ya, eso cuesta tantos millones de soles (los indígenas suelen ser baratos). Ah, ya, eso se incluye en los costos ¿sigue siendo rentable? ¿Sí?, Pues, procedan. Y listo.
"Externalidad" es la palabra que tu corazón no deja que escuches, porque tú pretendes ver a tu pareja como la segunda edición de tu "perfecto" padre, o mejor aún, la sucursal de Dios en la tierra. ¡Despierta zorra! Los hombres se calientan rápido y se enfrían con la misma velocidad. Todo depende de la "externalidad".
Mi Kiko -yo lo amo, así con sus tonterías y todo- ya sabe que la traición cuesta.

8 comentarios:

  1. Quién no ha tenido un Kiko en su vida! Yo lo tuve, pero no había leido el libro de las Externalidades, simplemente lo mandé al diablo, para luego caer en una profunda depresión. Creo que las mujeres reaccionamos de diferentes maneras, en mi caso, yo no podia seguir viviendo con una persona que me tratara de esa manera. No podía seguir amándolo así, pero sí podía seguir obsesionada y sufriendo por lo que me hizo.
    Qué bueno que tú hayas logrado mantener a tu Kiko a tu lado.

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  2. hERMOSA forma de degustar la vida. Puede ser que sea un bajon de dopamina. Pero lo mas importante es: Si es feliz asi, dejala ser. El amor, la pasion, el sexo, el gustillo de ver television en la mañana con tu mujer , eso es felicidad. la aplicacion de La Externalidad es una buena forma de ser feliz. El zorro quedo comocachorro. Felicitaciones

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  3. Tal vez la zorra externa haya encontrado a otro Kiko y el tuyo se haya tenido que regresar con el rabo entre las piernas. Y Kiko ¿Habrá leído ese libro?

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  4. De hecho, el libro era de Kiko. Respecto a las idas y vueltas zorrunas, yo digo que tendríamos que mirar con más cuidado el tema de la dopamina (la hormona de la pasión amorosa) Mientras nos invade, se siente muy rico, pero toda racionalidad se hace imposible... ¿no te ha sucedido?

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  5. si. anula la racionalidad. me gusta. todos deberíamos vivir en dopamina. pero como nada es para siempre, cuando el efecto desaparece nos cae encima esa racionalidad con más fuerza.

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  6. es Genial zorra, me encanta, felicitaciones

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