miércoles, 30 de septiembre de 2009

“Usted es la culpable ó Culpable soy yo”



Esta zorra, está melódica. Resulta que como somos las que criamos a los fujimoritos, alancitos, giampreticitos, chavecitos, martitas, lauritas y cuanto/a despreciable va por el mundo, ahora y como siempre, pareciera que cual Evas, somos las culpables de todo. Es que también, vamos espantando a los padres de su rol: “¡no tú no sabes de eso, mejor lo hago yo… sola!, y ellos obedientes se alejan, a veces tanto, que, los resentidos, nunca más vuelven para ocuparse de los críos y nosotras nos llevamos todito el crédito. Porque además en ese tono: “nadie más machista que la mujer”: porque cría cuervitos/as machistas, que les saca los ojos a cuanta mujer encuentra, porque no puede sacárselos a ella, su madre, y de paso siguiendo las consignas maternas discrima, victimiza, organiza guerras, lucra con ellas, se emborracha, se expone, golpea, viola, mata, se mata, etc, etc.
Malas,malos? masoquistas, sádicos? ¿Es eso?. Bourdieu tiene una explicación, la violencia simbólica: cómo naturalizamos, colaboramos, reproducimos e interiorizamos las relaciones de poder y la dominación, desde sus manifestaciones más crudas hasta la discriminación más invisible (que quiéranos o nos guste o no, existen todavía), y que no obedece a intenciones conscientes o perversas, sino más bien a la sumisión que los condicionamientos sociales han inscrito en los cuerpos y prácticas de hombres y mujeres como disposiciones inconscientes, convirtiéndolos en cómplices forzados/as de su propia dominación. Mal de muchos, consuelo de tontos? No. Felizmente, todo esto, sólo sería eso un condicionamiento, pues siempre será posible –aún con todas las limitaciones- hacer nuestro propio juego, decidir.
Mover nuestras fichas, asumiendo, digo yo, la responsabilidad (no culpa) que nos toca para transformar radicalmente este pernicioso círculo y renunciar a cuanto daño, beneficio o ventaja tengamos en esto. Claro está si creemos, que el poderoso o la poderosa renunciarán voluntariamente a sus privilegios o hay que… convencerlos, presionarlos o arranchárselos, que la rebelión en estos casos siempre se justifica, que yo también aspiro a un mundo mejor, qué cosa y porque queridas, que lo poco o mucho que disfrutamos hoy no cayó del cielo. Cada quien póngale el ritmo o el nombre que le guste, y baile si quiere, que a esta zorra, le sigue gustando uno antigüito, que se baila sola y también acompañada, que la hecho mover y mover las cosas: el feminismo. No amigo/amiga lector/a, tranquilícese, no es un problema de personalidad múltiple, lea bien el perfil de la derecha, la zorra de abajo, no es una, es un colectivo de mujeres, de zorras... bien puestas.

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