martes, 4 de agosto de 2009

Ciclo de adioses y bienvenidas


Estos últimos meses he vuelto con una vieja preocupación: mi regla. Apunto la fecha de la última, cuento y recuento los días y la espero ansiosa. No es ya ese temor juvenil, de no haberme “cuidado”, o de quién sabe: ¡era tan piña y fecunda¡ No hay riesgo de embarazo indeseado, monógama, con pareja vasectomizada, no sigo tan piña, y obvio, soy menos fecunda que a los veinte.
Lo que sucede es que voy llegando a los 50’s (aunque no parezca) y cualquier mes de estos: no más menstruación, la pre-menopausia se convierte en menopausia, a secas. Recuerdo a mi madre, su genio y hemorragias, voy escuchando y leyendo cada historia: que osteoporosis, bochornos, riesgo cardíaco, colesterol, depresión, sequedad vaginal, ausencia de deseo sexual (justo cuando mejor se ponía la cosa). Horror?, penita? miedo? intriga? será este mes el último? Será tan feo? Cuando pase, o mejor, cuando no suceda, alguien querido (mi esposo por ejm.) me dirá unas palabras de sosiego, aliento y esperanza?

Por si acaso, voy ensayando un nuevo mantra inspirado en Margaret Mead: ¡La menopausia (como la adolescencia) es cultural! pucha, no, mejor : mental, eso es: ¡la menopausia es un estado mental!, sí mejor así. Mientras seguiré comprando toallitas, al fin y al cabo a mi hija menor acaba de llegarle su primera regla.
Imagen tomada de sophia-style.blogspot.com

3 comentarios:

  1. No recuerdo dónde lo leí pero me gustó: La menopausia es el proceso a través del cual nuestro cuerpo se convierte de un jardín de infantes en un parque de diversiones, provecho!

    ResponderEliminar
  2. COSAS QUE NOS HACE LA MENOPAUSIA (Todo sin culpa)
    1.Justo cuando empiezas a ser viejita, aprendes a masturbarte (para no perder la elasticidad de los tejidos, pues)
    2.Te salen pelos donde no deben, se te caen de donde deben y te alucinas el hombre lobo. En una de esas te cambian los gustos (no es frecuente, pero sucede)
    3.Estás en una reunión, te presentan a un tipo y en ese momento te empieza el bochorno. Fácil el pata alucina que tu rubor se debe a los efluvios de su testosterona (en realidad son tus estrógenos alicaídos). Entonces, él te ve pollita, se pone oso y ya tienes un ligue.
    4.Histeria orgásmica: Temprano por la mañana tu pareja te hace una de las suyas, que él sabe que a ti te enojan mucho. Pero esta vez no puedes ponerte blanca de ira porque la sangre se te sube a la cabeza y te viene desde el fondo de las entrañas un vozarrón mezclado con sugerencias tales como “¡¡¡¡¡ya te he dicho que no me jodas!!!!. Un segundo después ya no te importa que el hombre está haciendo lo que debe, porque tú te sientes feliz como una perdiz, suave, vacía, dulce, alada.
    5.Entras a una reunión de trabajo, te aburres como siempre pero tu mirada no recorre las orejas y gargantas masculinas del entorno, ya no alucinas cómo serán cuando enamoran, ya no calculas de qué manera le darás la oportunidad de que se mande el que te gusta. Ahora te dedicas a tus negocios.
    6.Despacito, largamente, con y sin lubricantes, oliendo, oyendo, riendo, degustando los sabores del sudor en cada recodo de su cuerpo, nada te apura, nada es necesario, todo es porque tú lo quisiste, todo creciendo… y en ese momento el despliegue de sensaciones inabarcables. El mejor orgasmo de tu (ya) larga vida.
    Porque “La vida es corta, así que apúrate a quebrarle las reglas”

    ResponderEliminar
  3. La estereotipada "odiada" regla, no es tal... es uno de los íconos de nuestra femineidad, de la fecundidad. Después de haberla odiado por malograrnos un día de playa o englobarnos la barriga justo cuando teníamos una fiesta, nadie iba a pensar que la extrañaríamos, pero es así.
    Para mí el extrañar va en este orden. Extraño mi periodo de ovulación y extraño mi regla.
    Hoy todos los días son monótonos, iguales; no hay días más sexys que otros, más zorros que otros. O tal vez no hay hormonas a las que echarle la culpa...
    Un minuto de silencio por la regla (regular o irregular) que ya fue.

    ResponderEliminar