miércoles, 26 de agosto de 2009

SANTA COCAMA

Sucedió el día mundial del folklore, en el campo Ferial de Surco. Había cientos de chicos bailando danzas de todas partes del país y sus familias aplaudiéndolos. Yo estaba fascinada con tanto color, tanta música, tanta fuerza. ¡Esto es el Perú!, me decía. Presentaron el último número: la danza ritual de la consagración de Santa Cocama, ceremonia shipiba. Aplausos.
Salieron unos bailarines semidesnudos, con sus atuendos de semillas, plumas y telas bordadas, interpretando una danza desbordante de sexualidad. Iban a "circuncidar" a la joven elegida, así lo dijo el locutor. Mientras, una mujer con cuchillo en la mano sacudía los cabellos en movimiento de trance, se formó un círculo de hombres que saltaban con sus lanzas formando corralito, en torno a una bellísima chica desnuda, las mujeres hacían otro círculo afuera. La chica se alocó y quería escapar, no la dejaban, ella dio saltos cada vez más grandes, más violentos, en cualquier momento rompería el cerco. Hasta que ingresó el "brujo" bailarín, la tiró al suelo de un golpe, se montó encima de la futura Santa , la agarró de los cabellos y le dió (artísticos) golpes para desmayarla. Lo logró. A mi alrededor, la muchachada estaba muda, sin aire. El locutor rompió el momento para decir, desde su omnipotencia microfónica "aplausos señores"... ¡Y la gente aplaudía! Aplaudían, aplaudían, aplaudían, mientras a mí se me salían las lágrimas.
Exánime, vencido, el cuerpo de la mujer fue el centro de muchos más saltos y danzas catárticas, hasta que la hechicera del trance entró al círculo. La futura Santa Cocama aún hizo un débil intento de defenderse antes que el cuchillo rasgara muchas veces el aire, simbolizando el corte de su clítoris. Ella no conocería ya, los gozos de esa parte de su cuerpo. Desmayo total de la doncella, saltos frenéticos de la hechicera-castradora, celebración sensual de los bailarines, aplausos del público. Yo lloraba.

4 comentarios:

  1. Yo que pensaba que la clitorectomía sólo se realizaba en la lejana Africa...Tu relato me ha dejado perpleja, conmovida. Hay varios aspectos de la vida de las mujeres que rebelan.Habrá que hacer algo con lágrimas como las tuyas y mi rabia.Felicitaciones

    ResponderEliminar
  2. Yo no sabía que aquí en el Perú se hacían mutilaciones como en la distante África. ¿Será una incorporación de la globalización al folkolore nacional o es cierto?

    ResponderEliminar
  3. ¿Habrá tenido perrito la susodicha?

    Sinceros saludos.

    ResponderEliminar
  4. Jajajaja, Arturo, me encantó. Siempre es posible mirar las cosas desde otro punto de vista no?. Una amiga me decía: Santa Cocama es una caricatura de lo que hacen los cristianos con la sensualidad de las mujere. Por ejemplo, si tienes sexo y lo disfrutas (con tu amante, ya sea perro, hombre, Castro Manarelli o conejo) eres puta. Si no tienes sexo, o teniéndolo le haces ascos, es porque eres casta y tienes tu ejemplo en la Virgen. Las shipibas que han recibido la visita y los sermones de los misioneros, dicen: mejor le cortamos la sensibilidad a una de nosotras, la entregamos a la santidad, y todas las demás - mujeres normales-seguimos dándole. Desde su punto de vista, no es tan mala idea ¿no?

    ResponderEliminar