El colectivo Pacha Alterna, ha anunciado su disolución. Se trataba de un grupo de mujeres jóvenes universitarias que se propusieron “pensar al feminismo y a la política de manera holística”… “además de repensar nuestras luchas políticas, también prestamos especial atención a nuestras relaciones afectivas y cotidianas, en donde tratamos de insertar la práctica feminista en el imaginario teniendo en cuenta los prejuicios propios de nuestra sociedad post-colonial, racista, pobre y sobre todo machista” asi se describen.
Esta zorra está nostálgica. En un contexto diferente -una ciudad pequeña tradicional y clerical, años ochentas- un grupo de mujeres jóvenes iniciábamos una experiencia organizativa semejante, horizontal y sin jerarquías: un colectivo. Plazas, bares, calles, nuestras casas, patios y aulas universitaria, guarecían nuestros sueños, desenfados, disquisiciones, subversiones, críticas y autocríticas, conciencia y autoconciencia, pero sobre todo nuestras ganas de cambiar el mundo, empezando por el nuestro, el cotidiano. Eran los tiempos de la doble militancia -y sus riesgos- había que hacerlo todo, las políticas públicas y la igualdad de derechos vinieron después. Vistas como bichos raros, convenientes o inconvenientes para los partidos o el movimiento “popular” según sea el caso y la oportunidad, aprendimos a hacernos escuchar y disentir en medio de lo que hoy entendemos como la violencia simbólica que de la mano con el tiempo y la necesidad de “crecer” nos llevó por nuevos rumbos y madrigueras, como ahora lo harán las "Pachas", las Retamas, las Mestizas, y todas aquellas que se seguirán rebelando “contra el poder que nunca abraza a las que pueden pensar”.
Esta zorra está nostálgica. En un contexto diferente -una ciudad pequeña tradicional y clerical, años ochentas- un grupo de mujeres jóvenes iniciábamos una experiencia organizativa semejante, horizontal y sin jerarquías: un colectivo. Plazas, bares, calles, nuestras casas, patios y aulas universitaria, guarecían nuestros sueños, desenfados, disquisiciones, subversiones, críticas y autocríticas, conciencia y autoconciencia, pero sobre todo nuestras ganas de cambiar el mundo, empezando por el nuestro, el cotidiano. Eran los tiempos de la doble militancia -y sus riesgos- había que hacerlo todo, las políticas públicas y la igualdad de derechos vinieron después. Vistas como bichos raros, convenientes o inconvenientes para los partidos o el movimiento “popular” según sea el caso y la oportunidad, aprendimos a hacernos escuchar y disentir en medio de lo que hoy entendemos como la violencia simbólica que de la mano con el tiempo y la necesidad de “crecer” nos llevó por nuevos rumbos y madrigueras, como ahora lo harán las "Pachas", las Retamas, las Mestizas, y todas aquellas que se seguirán rebelando “contra el poder que nunca abraza a las que pueden pensar”.
¿Por qué se disuelve este colectivo? ¿Han podido explicar sus razones? Igual que un divorcio, los cierres no son buenos ni malos en sí mismos, sino en la medida que nos permiten aprender de nosotras mismas, de las demás, pero sobre todo si es posible despues limar las heridas propias de la separación y recuperar los afectos de fondo que acompañan a estas apuestas.
ResponderEliminarLas razones en muy buena onda las explican en su blog http://pachaalterna.blogspot.com/. De cualquier manera el duelo que toda separación implica, es una oportunidad de reencontrarnos aunque parezca contradictorio.
ResponderEliminar¿Es que las cosas tienen que durar para siempre?
ResponderEliminar